En un día como hoy nada más puedo dar gracias a la vida y a Dios, por las cosas buenas, pero particularmente por las malas, esas son las que me han hecho ser quién soy.
Hace un año iba de camino a vivir una de las experiencias más maravillosas de mi vida, donde conocí personas de muchas partes del mundo, que me enseñaron que aunque tenemos diferencias, son más las cosas en común que nos unen, también aprendí que los sueños siguen siendo sueños mientras no estemos dispuestos a trabajar para cumplirlos, pero que es importante también primero soñar. Pude ver que aunque haya tantas cosas malas en este mundos, siguen existiendo personas con metas e ilusiones que quieren hacer de este mundo un lugar mejor.
El Ricardo de hace un año es muy distinto al de hoy día, creo que para bien. He asimilado muchas cosas, algunas de golpe, otras por voluntad propia. He tenido que decir adiós, asumir nuevas responsabilidades y retos, pero eso es parte de crecer. Ver cada año no como un año menos de vida, sino como 365 oportunidades para crecer y ser mejor, además que si se afronta con una sonrisa los días difíciles son más llevaderos. Pero una de las lecciones más importantes que he tenido es que de nada sirve todos los esfuerzos que hagamos por nuestras vidas si no se comparte o se ayuda a los demás, eso es lo que da la verdadera felicidad.
Espero poder tener no solo este par de patos, sino muchos más para seguir dejando a ese niño dentro de mí continuar soñando.
Hace un año iba de camino a vivir una de las experiencias más maravillosas de mi vida, donde conocí personas de muchas partes del mundo, que me enseñaron que aunque tenemos diferencias, son más las cosas en común que nos unen, también aprendí que los sueños siguen siendo sueños mientras no estemos dispuestos a trabajar para cumplirlos, pero que es importante también primero soñar. Pude ver que aunque haya tantas cosas malas en este mundos, siguen existiendo personas con metas e ilusiones que quieren hacer de este mundo un lugar mejor.
El Ricardo de hace un año es muy distinto al de hoy día, creo que para bien. He asimilado muchas cosas, algunas de golpe, otras por voluntad propia. He tenido que decir adiós, asumir nuevas responsabilidades y retos, pero eso es parte de crecer. Ver cada año no como un año menos de vida, sino como 365 oportunidades para crecer y ser mejor, además que si se afronta con una sonrisa los días difíciles son más llevaderos. Pero una de las lecciones más importantes que he tenido es que de nada sirve todos los esfuerzos que hagamos por nuestras vidas si no se comparte o se ayuda a los demás, eso es lo que da la verdadera felicidad.
Espero poder tener no solo este par de patos, sino muchos más para seguir dejando a ese niño dentro de mí continuar soñando.
Gracias a la Vida - Original de Violeta Parra